El diseño de la azotea de esta peculiar vivienda incluye botes salvavidas auténticos, añadiendo aún más al ambiente marítimo que caracteriza todo el inmueble. Cada rincón de la Casa Barco está decorado con elementos que hacen referencia al mar, como calabrotes colgados en las paredes y un portillo del Destructor Gravina, un buque que formó parte de la Armada Española y participó en la Guerra Civil.
Esta residencia no solo es una obra arquitectónica singular, sino también un homenaje vivo al mundo marítimo, reflejando la pasión y el vínculo personal de su propietario con el mar y la navegación