El sitio arqueológico revela la existencia de una villa romana donde se han encontrado materiales de construcción como tégulas y fragmentos de estucos, probablemente parte de una escalera descubierta en el área y trasladada posteriormente para su conservación. También se han hallado fragmentos de cerámica común y sigillatas, indicando una ocupación prolongada del espacio. Según los investigadores, la villa alcanzó su apogeo entre los siglos II y III d.C., aunque sus orígenes pueden remontarse al siglo I d.C. y su uso se extendió posiblemente hasta el siglo V d.C.
La villa parece haber tenido una función industrial, aprovechando su cercanía al mar, como lo sugieren los restos de piletas de salazón y ánforas hallados en el lugar. Entre los descubrimientos más destacados se encuentra una escultura acéfala de producción local, conocida como la Venus de Fuengirola, así como restos de una escalinata de mampostería y ladrillo con paredes revestidas de estuco pintado. Esta escalinata, restaurada en 1988, fue trasladada a un inmueble cercano al río Fuengirola.
El 19 de julio de 2019 se inauguró un centro de recepción de visitantes en el yacimiento, donde se ha recreado el funcionamiento de unas termas romanas. El 26 de enero de 2021, la Venus de Fuengirola, junto con otras quince piezas nuevas, fue restaurada y expuesta en este centro, destacándose como la escultura más relevante encontrada hasta ahora en el yacimiento.