Cuando el verano se despide y las primeras lluvias tiñen de oro la Sierra Morena, un rincón mágico despierta entre montes y arroyos: el Castañar de Valdejetas, uno de los paisajes otoñales más bellos de la provincia de Córdoba. Situado a pocos kilómetros de Santa María de Trassierra, este bosque de castaños centenarios ofrece un espectáculo natural difícil de imaginar tan cerca de la capital.
Un bosque con alma
El Castañar de Valdejetas sorprende por su rareza. Los castaños no son árboles típicos del paisaje cordobés, dominado por encinas y alcornoques, pero aquí, gracias al microclima húmedo de la zona y a la altitud, han prosperado durante siglos. Sus troncos retorcidos y su sombra espesa crean un ambiente de cuento, donde el silencio solo lo rompen el crujir de las hojas secas y el canto de los pájaros.
Durante los meses de octubre y noviembre, el bosque se cubre de tonos dorados, rojizos y marrones, y los erizos de las castañas alfombran el suelo, ofreciendo una postal otoñal única en Andalucía.
Ruta desde Santa María de Trassierra
El acceso más habitual comienza en Santa María de Trassierra, a unos 15 kilómetros de Córdoba capital. Desde el centro de la aldea se puede tomar la carretera CO-3402 en dirección a Villaviciosa de Córdoba, y tras unos 5 kilómetros aparece el camino rural que conduce hacia el castañar.
Dónde aparcar: se recomienda dejar el coche en Santa María de Trassierra, junto a la plaza o el centro cívico, y continuar a pie. Las pistas rurales hacia el castañar son estrechas y atraviesan zonas privadas.
Distancia: la ruta circular más conocida tiene entre 12 y 14 kilómetros, con un desnivel de unos 500 metros.
Duración aproximada: entre 3 y 4 horas, dependiendo del ritmo.
Dificultad: media-baja, ideal para senderistas ocasionales o familias acostumbradas a caminar.
A lo largo del recorrido se pasa por enclaves tan hermosos como Puerto Artafi, un mirador natural que regala vistas espectaculares del valle y los montes que rodean Trassierra. Desde allí, el sendero desciende hasta internarse en el corazón del castañar, donde el ambiente se vuelve fresco, húmedo y silencioso.
Un paseo para los sentidos
El Castañar de Valdejetas no solo es un lugar para caminar, sino para detenerse y respirar. Los amantes de la fotografía encontrarán escenas de ensueño: caminos tapizados de hojas, rayos de sol filtrándose entre las ramas y contrastes de color que parecen pintados.
En los meses de otoño, la zona se llena de vida: familias recolectando castañas, excursiones escolares y senderistas que buscan un refugio natural lejos del bullicio de la ciudad. Sin embargo, su ubicación discreta lo mantiene como un secreto bien guardado de los cordobeses.
Consejos útiles
Lleva calzado de montaña o trekking, el terreno puede estar húmedo.
No recojas castañas salvo en zonas permitidas, ya que parte del bosque pertenece a fincas privadas.
Respeta la naturaleza: no dejes residuos y cierra las cancelas que atravieses.
Si vas con niños, evita los erizos de las castañas caídas, que pueden pinchar.
El mejor momento del día: por la mañana temprano o al atardecer, cuando la luz del sol atraviesa el bosque y crea una atmósfera mágica.
El alma del otoño en Córdoba
El Castañar de Valdejetas es una joya natural que demuestra la diversidad de paisajes que guarda la provincia de Córdoba. Entre encinas y alcornoques surge este bosque húmedo, casi de otro mundo, donde el tiempo parece detenerse.
Visitarlo es una invitación a volver a lo esencial, a disfrutar del sonido de las hojas, del olor a tierra mojada y del tacto del aire fresco. Un lugar que no necesita grandes monumentos para enamorar, porque su mayor belleza está en la sencillez de la naturaleza.
