La fachada principal también fue reformada debido a este terremoto y es obra del pintor y escultor local José Antonio Rivas Fernández. Rivas Fernández, además, creó la plaza de las Tradiciones, donde plasmó en ocho murales de cerámica los diversos trabajos artesanales tradicionales, acompañados de un poema dedicado al pueblo.
El interior de la iglesia alberga una rica colección de arte sacro. En el altar mayor se encuentra una representación de la Asunción de la Virgen María, pintada por Francisco Hernández en 1972. El mural de la pila bautismal proviene de la ermita de San Sebastián, patrón de construcción.
A pesar de los numerosos acontecimientos que han afectado su interior, como la quema de imágenes y fogatas encendidas durante la Guerra Civil, la iglesia se conserva en excelente estado. El templo está abierto gran parte del día, permitiendo a los visitantes admirar su amplia imaginería y su rico contenido artístico. La plaza de la iglesia, donde se encuentra también el monumento al "Vendimiador", es un punto central de la vida comunitaria en Cómpeta.