Zambra, ubicada en un punto privilegiado desde un aspecto geográfico, es el vértice de un triángulo protector. Esta torre conecta ópticamente con sus homónimas en "Los Verdiales" y "Jotrón", y con otra posible almenara en Las Pedrizas, extendiendo así una línea de comunicación visual que abarcaba hasta la Vega de Antequera a través de "El Hacho". Este ingenioso sistema de torres permitía una defensa coordinada y eficaz, alertando a los habitantes de la región sobre cualquier amenaza inminente.
Aunque es difícil determinar la cronología exacta de la atalaya de Zambra, se puede afirmar con certeza que ya existía a finales del siglo XIII y XIV. Su diseño troncocónico no es casual; estaba específicamente pensado para hacer señales de alarma, conocidas como "almenaras". Durante la noche, los fuegos encendidos en su cúspide enviaban señales luminosas que se veían a kilómetros de distancia, mientras que durante el día, las columnas de humo cumplían la misma función.
Recientemente reconstruida, la talaya de Zambra conserva el prototipo de las atalayas musulmanas. Este baluarte defensivo de Casabermeja no solo es una pieza clave del patrimonio histórico, sino que también mantiene su función original de conexión visual. Desde sus alturas, se pueden ver El Torcal, Las Pedrizas y Sierra Tejeda, extendiendo su vigilancia hasta el río Guadalmedina en la ciudad de Málaga.