Desde la Prehistoria Reciente, en la Edad del Bronce, este lugar fue testigo de la vida y las actividades de nuestros ancestros. Sin embargo, su época de mayor esplendor y desarrollo se vivió en la época ibero-romana, cuando se erigió como un centro urbano de importancia estratégica en la región.
Los vestigios que aún se pueden contemplar en la cima del Laderón son testigos silenciosos de su prolongada ocupación a lo largo de los siglos. Entre ellos, se destacan los restos del recinto amurallado y dos cisternas de agua, que dan testimonio de la ingeniería y la organización de las civilizaciones que lo habitaron.
Durante la Edad Media, el Laderón mantuvo su importancia como centro urbano hasta la conquista de Fernando III el Santo en 1240, momento en que su historia llegó a su fin. Sin embargo, su legado perdura en las piezas más significativas que se encuentran en nuestro museo, recordando el papel crucial que este lugar desempeñó en la historia de nuestra comunidad.